La Dirección General de Consumo ha participado en la campaña de inspección de la miel –etiquetado y composición– que se desarrolla este año a nivel nacional, dirigida a controlar el cumplimiento de la normativa vigente que afecta a la miel que se comercializa en Andalucía, y la existencia de alteraciones, adulteraciones o fraudes en el área de la alimentación.
Las actuaciones se desarrollaron entre los meses de abril y junio, y se realizaron en los establecimientos donde se comercializaban estos productos alimenticios, en los que se controló el etiquetado, el grado de cumplimiento de la información alimentaria facilitada a la persona consumidora, además de evaluar el cumplimiento de los parámetros de calidad mediante el muestreo y el control analítico.
A nivel andaluz, esta campaña de inspección ha sido realizada por el Servicio de Consumo de Jaén, cuyo personal inspector ha revisado el etiquetado de 20 mieles, así como se ha tomado una veintena de muestras para su análisis en laboratorio.
El control del etiquetado abarca controles básicos como: la cantidad neta (kilos, gramos, litros, centilitros o mililitros, según corresponda), fecha de duración mínima y de caducidad; condiciones especiales de conservación y condiciones y/o límite de consumo una vez abierto el envase También se controla el etiquetado nutricional, sobre aspectos generales como el valor energético y las cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.
La campaña también se ha enfocado teniendo en cuenta la prohibición de que la información alimentaria contenida en el etiquetado no induzca a error sobre las características de la miel y, en particular, sobre la naturaleza, identidad, cualidades, composición, cantidad, duración, país de origen o lugar de procedencia, y modo de fabricación o de obtención. Asimismo, la información mostrada tampoco debe inducir a error al atribuir al alimento efectos o propiedades que no posee.
Otro parámetro importante es el que se refiere al origen y denominación del producto, que incluye aspectos como: mención del país o países de origen; que, en los casos de miel filtrada, miel en panal, miel con trozos de panal o panal cortado en miel, y la miel para uso industrial, tengan una denominación completa; que las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables no sean falsas, ambiguas o engañosas.

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