El Ayuntamiento de Casares inició esta semana su campaña anual de prevención contra la oruga procesionaria, una plaga característica de los pinares mediterráneos que puede causar problemas de salud a personas y animales, así como daños a la flora local.

Los trabajos, coordinados por la Concejalía de Medio Ambiente, se están llevando a cabo en los tres núcleos urbanos del municipio malagueño: Casares Costa y Secadero, donde ya han finalizado las actuaciones, y Casares pueblo, donde comenzaron ayer. Las zonas prioritarias de actuación son los entornos de colegios, edificios municipales, instalaciones públicas y áreas verdes recreativas.

El consistorio utiliza la técnica de endoterapia, un método innovador que consiste en inyectar directamente en el tronco de los pinos un producto fitosanitario. Este tratamiento resulta tóxico para las larvas que se alimentan de las hojas, pero es completamente inocuo para los árboles, las personas y los animales.

El objetivo de esta intervención temprana es prevenir el desarrollo de las orugas, conocidas por sus pelos urticantes que, al dispersarse en el aire, provocan irritaciones en piel, ojos y nariz, además de urticaria y reacciones alérgicas. Esta plaga, que debe su nombre a su característico desplazamiento en grupo en forma de procesión, también representa una amenaza para los pinos, ya que las orugas se alimentan de sus acículas, debilitándolos y haciéndolos más vulnerables a otras plagas.

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